Abro los ojos y la oscuridad no me deja pensar inmediatamente. Lentamente mis sentidos van despertando y lo primero que percibo es un olor fétido que no pude descifrar en el momento. Comienzo a recobrar la conciencia y a pensar en donde me encontraba antes y donde me encuentro ahora. Mi reloj no estaba y mi celular tampoco. Luego recordé que nunca había usado reloj en mi vida y me quedé mas tranquilo. El olor se hacía cada vez mas desagradable y yo seguía sin entender. Saco mis manos de algo parecido al barro pero de un material que sentía como mas diverso, y al sacarlas, las muevo y me doy cuenta que hay paredes. Antes de levantarme de ese lugar vuelvo a pensar en donde había estado, pero nada. Al pararme noto que el techo es muy bajo y me golpeo la cabeza apenas me levanto. Me quedo sentado un rato con una teoria consistente en un posible secuestro y encierro en un cuarto oscuro. Ahí pienso que sea como sea debo escapar y conseguir agua urgente. Comienzo a golpear las paredes y parecen como de un plástico duro pasible de romperse pero no puedo hacerlo. Pruebo con todas las paredes pero no pasa nada. Finalmente intento por el techo, que por el golpe anterior, noté que era a dos aguas. Con poca esperanza decido golpear el techo y lograr romperlo para escapar de mis posibles captores. Al golpear el techo, este se mueve muy fácilmente y no solo me doy cuenta que lo puedo romper, sino que lo puedo sacar por completo, lo que me pone muy feliz. Cuanto intento sacarlo, empujo y este se abre de una forma casi mecanizada. No lo podia creer. Salgo de esa pesadilla y me encuentro en una esquina que, por los carteles parecia ser la de Av.Italia y Valencia. Era lejos de mi casa pero podia llegar. Nunca olvidaré ese contenedor.